La residencia comenzó a gestarse con preguntas puntuales alrededor de los viajeros del siglo XIX  y su relación con el paisaje, indagando el término desde lo epistemológico, lo teórico y lo histórico, a partir de referentes como Javier Maderuelo, Yi-Fu Tuan y Jean Marc Besse. Sin embargo, durante la estancia en FLORA, el proyecto empezó a tomar giros inesperados, despertando gran interés los conceptos de diáspora y exilio, centrando la reflexión del paisaje en estas nociones.

El fracaso y el error, estuvieron presentes durante toda la residencia y se resalto en las piezas que no lograron consolidarse con resultados finales, sin embargo, los intereses y expectativas teóricas se vieron reforzadas en cuerpos de investigación menos ingenuos, convirtiendo el proceso desarrollado durante la estancia en un proyecto a largo plazo.